
Se me desarma la existencia,
me aplastan los años
susurrando que es temprano
para morir,
pero demasiado tarde para otras cosas.
entre lo que escribo
y las ideas que jamás
serán inmortalizadas,
aún así,
los minutos corren
sin que nadie los persiga,
porque a decir verdad
quisiera que se quedaran más tiempo,
no me gusta tomar el té a solas,
a estas horas,
ya ni Morrison
viene a ronronear
mientras escribo,
y Lola no muerde mis zapatos.
Maldita sea mi esencia suicida,
maldito sea
el segundo día,
del quinto mes...
1 comentario:
Que bueno que tu gato se llame Morrison. Medio sacrilegio, pero es simpático, jaja.
Saluditos.
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