
Lo más doloroso
es encarar las horas sin temor,
ensayar un olvido
para sentirse menos vacío,
lo más doloroso sin lugar a dudas
es despertarse abrazada con los demonios.
Con un día así de lluvioso,
los errores se ponían de acuerdo
para recordarme lo culpable que soy,
y lo deprimente que es estar viva.
Afuera todo era gris,
desde la ventana podía ver
como la melancolía
bailaba lujuriosa bajo la lluvia,
y una nostalgia recién nacida
de las muchas que tenía,
se aferraba a mi pierna
como una niña tímida,
observando con asombro los danzares
de su prima más cercana.
No cobrarán multa las aburridas felicidades
que alguna vez he tenido,
más impagable será el crédito de ilusiones
que prometí remunerar alguna vez,
frente a las puertas del infierno,
ahora de qué me sirve la vida?
o extorsiono lo poco que me quedó de alma
para que solucione los problemas,
o me deshago,
de todo lo que me rodea.
2 comentarios:
Hoy he entrado aquí y me he visto reflejada en este hermoso escrito... sera que estoy triste,con miedos y con ganas de no hacer casi nada...pero leer me ayuda a ver que siempre existen salidas para mis pequeños momentos de melancolía.
Saludos desde Galicia, tierra de infinitos días grises...
Piden pista los rencores, sí. Pegarle a las persianas del banco que ya cerró, que nos devuelva el corazón en dólares.
Saluditos.
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